(Publicado en El Guadalete, 5-8-1885)
La historia de una ciudad siempre está por escribir. A lo largo del tiempo, sólo podemos maquillar este fracaso, esbozar una imagen que nunca estará terminada. Pero al menos lo habremos intentado.
martes, 26 de junio de 2012
Añoranzas impresas (IV)
“En la tarde del jueves estuvo a punto de ocurrir en el paseo de la Calzada de Sanlúcar una triste desgracia. Esperaban el tranvía en la estación de la playa, entre otras familias, la señora e hijo del cirujano-dentista D. José Bonet, cuando antes de parar el coche, corrió el mencionado niño, que cuenta cuatro años, hasta caer atravesado en la vía, entre las dos ruedas. En este momento, mientras la madre caía accidentada por ver a su hijo en aquel inminente peligro, y las demás familias volvían la cara para no presenciar lo que creyeron una inevitable desgracia, el matador de toros Manuel Hermosilla corrió a la vía y cogiendo al niño por un pie le libró de una muerte segura, cuando la rueda trasera iba a atravesarlo. Como era de esperar, el numeroso público que presenció este humanitario acto, aplaudió unánime la inteligencia y prontitud del diestro, con que libró a aquella criatura del peligro en que le habían colocado sus pocos años”
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario